Entre los planes a largo término de Monsanto, Dreyfus, Bunge y colegas
figura la apropiación de la mayor parte de las tierras del mundo. Por vía
de compra, arriendo infinito y contratista intermediario. En países
de agricultura extensiva y despoblados, como Argentina o Brasil, confían
en la deserción abandónica de los residentes rurales. Pero no está en nada
asegurado el renunciar a la ruralidad por parte del citadino. Curiosamente
en Francia al día de hoy, febrero 2013, un cuarto de las instalaciones de
jóvenes en el campo resultan de gente que proviene del exterior de la
vida campesina. A favor de los monopolios está el hecho que sólo dos
tercios de los núcleos productivos galos se mantienen y que así un 26 % de
las tierras pasan a manos de los agricultores más grandes. Pero atención:
a manos de agricultores más grandes no de los monopolios. Ver
http://crise.blog.lemonde.fr/2013/02/22/paysans-des-villes-la-tentation-du-retour-a-la-terre/
Otro gallo canta en nuestros países de agricultura extensiva. La
concentración termina en manos de los monopolios. Lo que no cambia es la
"tentación" agraria y el natural derecho del hombre a trabajar la tierra.
A esto podemos agregarle que gracias a Internet, una nueva generación de
rurales intelectuales pueden guardar su lugar. Ver un ejemplo de intelectual de campo en
http://www.laperfidacanalla.com/2012/09/pueblito-contra-ruralito.html .
Que el desposeído quiera poseer es muy diferente al "reparto de las
riquezas"… Ud. me entiende; en un caso hablamos de medios de producción y
en otro de soñar entradas gratis a la fiesta. Fútbol para todos.
El onirismo ecologista y espacioso es una fuente de nuevas vocaciones para
el seminario de la agricultura antisistema. ¡Soñadores de todos los
países, uníos!